martes, 25 de mayo de 2010

Callo y callo


Desde hace días guardo un secreto
y en el espejo languidece
mi lengua culpable.
Callo y callo
y la calle entera vuelve
hacia mí sus gestos delatores.
Me saben,
quizá,
me están sabiendo,
y yo mordiendo los labios
que arden de secreto.

9 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Al final se sabrá.
Siempre ocurre.

Besos.

CadiBlog dijo...

Los secretos no se pueden guardar para siempre. Esa es la gracia

Anónimo dijo...

Preciosas palabras y seguro que precioso secreto, no lo digas, hasta que llegue el momento.

Besos.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Un secreto comienza a ser secreto cuando abandona el silencio y se comparte.



Un abrazo

Sarco Lange dijo...

Elisa, hubo una vez un personaje de culto que frente al espejo se ahorcó sin más trámite ni demora y del hilo de baba que colgaba de su boca se pudo incluso regar un campo entero de amapolas.
Su secreto fue lo que todos ya sabíamos, vaya manera de ocultar las nubes.
Un abrazo
SL

Laura Caro Pardo dijo...

Me gusta lo que escribes.
Saludos.

fgiucich dijo...

La carga más pesada. Bello poema. Abrazos.

Anónimo dijo...

Uyuyuyyyyyyyyy...

Luis Antonio dijo...

Estoy seguro de que la mirada te delata...