sábado, 26 de junio de 2010

Excesiva paciencia



Mujeres como espantapájaros
donde acaban llegándose las mismas aves
a picotear los mismos ojos.
Mujeres como estercoleros.
Abrazadas por ratas que no entienden
de espacio ni de besos.

Callan.
Aguardan pacientes el cansancio
de sus verdugos ciegos.
Ahh, mujeres
a las que un único error
les marcó infinitamente
la piel a fuego.

©Elisa Berna Martínez

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuantos cambios!!! me encanta.

Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Abogo por la ejecución de los verdugos.
Televisada.
Para que vayan tomando nota el resto.

Besos.

lichazul dijo...

verdugos que a veces viven dentro de las propias mujeres

mujeres como espantapájaros
ancladas a la tierra
revueltas con la semilla
y con los huesos del pasado

besitos de luz Elisa
tu poema remece!!

Laura Caro Pardo dijo...

Estoy con Toro: vayamos a por los verdugos, que desaparezcan de la calle para siempre.
Saludos.

Consol dijo...

Sí, ahí están esos verdugos mientras las mujeres sufriendo, callan

_Un saludo

thoti dijo...

.. mujeres capaces de resurgir de sus cenizas y de sonreír de nuevo al horizonte de la dignidad, lejos de los fabricantes de dolor..

.. un beso a una de mis poetisas favoritas..