viernes, 24 de octubre de 2008

Ojo por ojo

Cuando descolgué el teléfono,
no pretendía en realidad
tu lástima.
Sólo quería escuchar el crujido
-largo y quedo-
que provoca el remordimiento en la conciencia.

Venganza.



Poemario Breves Dardos Asesinos

9 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

El crujido del remordimiento, debe sonar a cantinela enferma o algo similar.

Besos.

Sofía B. dijo...

Qué sabor tiene la venganza que siempre engancha.

Besos.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Nunca he podido
con el remordimiento
ni con la venganza.
¡Quizás es que el teléfono
nunca me ha gustado! :)

Un abrazo

Marian Raméntol dijo...

Y seguro que lo conseguiste, estos dardos nunca fallan.

Un beso
Marian

La sonrisa de Hiperion dijo...

Ojo, por ojo, y el mundo se quedará tuerto, decía Gandhi.
Saludos!

Kafda Vergara dijo...

Elisa, ¿por qué a muchas personas les cuesta tanto comprender que el discurso es poli-intencional? Que uno no sólo llama para comunicar "algo" sino también para sentir "algo": amor, venganza, desasosiego, frenesí...

Saludos en esta tarde tormentosa.

Sarco Lange dijo...

VENGANZA, qué palabra. Que Venga la Anza y te de los mejores argumentos frente al que debe ser vengado, tu paz, la armonía, sin ser vengativo, para que Dios sepa que también hacemos trampa.

Un abrazo in-vengativo.
SL

thoti dijo...

.. la elemental justicia, y la justa convivencia, reclaman asiduamente un buen lavado de conciencia, pero por desgracia el orgullo no nos ayuda a hacerlo en el momento más adecuado.. y a veces nos demoramos.. y si no nos andamos con ojo, hasta puede que nos alcance un dardo asesino..

.. bss..

Anónimo dijo...

Una venganza exigua pero exacta, jugosa y preciosa como tu poema.

Un besazo.