del Bicentenario de Los Sitios de Zaragoza
Nunca he sido buena para capitular.
Al verse sitiada mi razón
o cualquier emoción pasajera
he tomado la ruta del animal herido.
Rauda y desbocada,
el último caudal de sangre
replicando cara a cara a la muerte,
desprendiéndose del brazo de la vida.
Sin importar que la huida sea torpe.
Sin recabar en las pilas de cadáveres.
El enemigo silbando a mis talones
y a lo lejos esa luz que no se alcanza.
Todo menos la capitulación.
9 comentarios:
A veces hay que capitular, aunque sea en el umbral del tálamo.
Besos
Me gusta, tu reino balcón y tus 50 metros al sol.
Saludos.
Nyma
Yo tampoco.
O pierdo o gano (la mayoría de las veces pierdo...)
Pero rendirme jamás.
Besos.
No siempre capitular es rendirse, a veces es sólo una estrategia para la más refulgente victoria.
Un abrazo
.. sólo me rindo ante el amor.. ;-)
.. besos y buena semana, Elisa..
Tomo buena nota... a ver si la capitulación deja de tentar a mis dedos...
Un beso
Marian
Cuando uno lee, en el momento exacto, las palabras certeras, se dice:
existe alguien que escribe PARA mí...
Necesitaba leer esto hoy, te lo aseguro.
Y te doy las gracias por la fuerza de este poema.
Este balcón tiene la magnitud de un océano.
Abrazos!
La fuerza de la capitulación, está muy subestimada.
Un abrazo.
en realidad...el comentario es personal ... mi abuelo era originario de zuera, en zaragoza ...ligorred pardo, su apellido ...
de que zona de zaragoza sos?
mi castellano es argentino ... jejeje
un beso. alicia
Publicar un comentario