Me dan la espalda los gatos
con su desaire rugoso de uralita,
y Otis Redding desperdicia el tiempo
arrojado en el muelle de la Bahía.
Me dan la espalda,
ignorando,
y yo erizando la piel del corazón.
Y Otis eternamente joven
acariciando el mar con la garganta,
a dos mil millas de casa
para hacer de aquel muelle su hogar.
Como no encuentro Sitting on the dock of the bay dejo esta otra que también me encanta.
4 comentarios:
Me gusta esta canción.
El poema ha venido de gala.
Besos.
Te mando unos silbidos.
Al oír esta canción, siempre imaginé que Otis estaba sentado en el muelle con los pies colgando. Ahora veo a un par de gatos altivos y a una Elisa emocionada.
Besos.
Poema cheio de imagens, potenciadas pela música...
Beijo.
António
Precioso homenaje y una gran canción, es lo que tienen los que son realmente eternos, siempre serán jóvenes en el muelle de la bahía.
Un besazo.
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