Cuando escuece
la nostalgia ácida del latonero,
la costra en las rodillas,
la prisa en el reloj de los infantes,
mejor que lamentar
es volverse los ojos hacia adentro
y encontrar el cuaderno de los cuentos,
el bote de los lápices,
el tiempo que se guarda entre algodones
para tomarlo añejo cuando duelen
agrios y punzantes los recuerdos.
9 comentarios:
Qué tiempos verdad?
Recuerdos escociendo.
Mejor me vuelvo al ahora.
Besos.
mejor que lamentar
es volverse los ojos hacia adentro
y encontrar el cuaderno de los cuentos
mejor y necesario, ponerse ese talco para aplacar el escozor.
leerse un cuento de aquellos, y quedar, tranquila... es posible, a veces.
qué bello este texto, y qué nostalgia.
un abrazo!
Como dice Bibiana, hay que curar y seguir andando.
Un abrazo.
Volverse los ojos hacia adentro y quedarse muy quietos, como si todo ocurriera de nuevo. Después, al volver, el color sepia tendrá tonalidades doradas.
Mil besos Elisa, eres un lujo.
Siempre hay un renacer porque no hay tormenta que dure siempre. Encantadoramente bellos y tristes estos versos.
Un saludo.
Antonio
PD/ Me agrego con otra imagen, porque he abierto un nuevo blog de relatos.
.. "el cuaderno de los cuentos, el bote de los lápices,
el tiempo que se guarda.." es una acertada elección para refugiarse.. y perderse.. ;-)
.. que pases un buen finde, Elisa..
.. (¡que grande Carmen París!.. una excelente artista y persona..)
Unplacer leerte, sin duda. Tu palabra llega al alma. un abrazo
Precioso poema, Elisa, preciosa la imagen de ese bote de lápices y ese cuaderno de cuento..., aunque para algunos ese pasado ha vuelto, en forma de persona rondando el metro de altura, a ser presente.
Un besazo.
Así es, el vuaje en la vida es hacia el interior
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