Ariño
Cada cueva esconde un monstruo
que viene a remover el poso de la infancia.
Y vuelve la bruja a asomar su hocico
o un vendaval de buitres
sobrevolando en círculos la memoria.
¿Recuerdas el miedo primero
de lo oscuro al fondo de la grieta?
La valentía joven de los púberes.
La inocencia osada del principio.
Aún dormirán ladrones en el garaje.
Se prenderá a media noche
una luz imaginaria.
O acechará ese buitre que espiaba
desde su cueva aquellas horas tan muertas
soñando en la ventana.
10 comentarios:
Los recuerdos crecen con nosotros y aun cuando algunos se difuminen, el paso del tiempo casi siempre consigue embellecerlos.
Precioso poema Elisa.
Un besazo.
Menos mal que el balcón tiene sol...
Me has dejado helado otra vez.
Besos.
me temo que los miedos de adulto sean mucho mas temibles que los de niños.
Besos
Tremendos miedos
fatales infiernos
del adulto!
Besos
elisa
ese acechar se presiente y se teme
y aveces
y a veces están más cerca de lo que imaginamos
un gusto leerte:-)
El miedo siempre
florece en el recuerdo
de la memoria
Un beso
Toda mi infancia .. fue una infancia de miedos... AUN HOY ME CUESTA DEJAR DE SENTIRLOS...lucho por eso!!! Como bien menciona NORAY siempre florece en el recuerdo de la memoria!!! Besos llenos de luz cielo y buen fin de semana!!!
Delicioso poema-gore, de esos que apagan la luz de la mañana de un solo plumazo.
Los miedos de cada uno son tan distintos, pero al fin y al cabo el miedo es sólo uno, el maldito, el miedo sicario, el que hace que el pecho a las 2 de la madrugada (bah!, a toda hora) se transforme en un demencial refrigerador.
Viviendo el miedo
uno se pudre
por centímetros.
Se vive con le miedo al ladito de la cama, tan solo nos queda intentar que duerma...
Un beso
Marian
.. prende luces y verás como se difuminan..
.. bss de valor..
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