jueves, 13 de noviembre de 2008

Este contrato injusto


Habito un reducto de renta antigua,
donde pago con recuerdos cada jugada.
Y pensarás, quizá, que sale a cuenta
este negocio mío
mano a mano con la vida.

Pero cada día huye de mí a otros bolsillos
una postal,
un río,
un viejo lapicero.
Y se vacían de historias las alacenas.
Y en la memoria los huecos no tienen nombre.
La mariposa se deshace en alfileres
y paredes desnudas buscan colecciones.

Tengo que romper este contrato
trampa para necios y patanes.
Yo era esa postal.
Mío era el río.
Y ese viejo lapicero que soñaba.


9 comentarios:

thoti dijo...

.. "tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas".. (Martin Luther King)
.. no renuncies nunca a tus sueños, aunque sean los de alcanzar un viejo lapicero..
.. besitos desde mis colinas..

Sofía B. dijo...

Ojala fuera así de fácil, me temo que haya contratos perennes.

Sarco Lange dijo...

Y lo más terrible, amiga mía, es que después de acudir a los tribunales del corazón, la justicia álmica nos obligará a desocupar las habitaciones del desorden.

Pero legalmente las trampas no hay que desestimarlas.

Abrazos!.

TORO SALVAJE dijo...

No te quejes, yo tuve un contrato así y me quejaba, después fue peor, me embargaron.

Ahora sólo tengo inercia.

Besos.

Anónimo dijo...

Los jueces del destino rinden culto a la venganza. Siempre podemos apagar nuestros ojos.

fgiucich dijo...

Los contratos del alma son los más difíciles de romper. Abrazos.

carlota dijo...

Pues, chica, no sé muy bien qué tienes, pero me ha emocionado este poema. De verdad.
Un besico, como dices tú

Anónimo dijo...

Creo que voy a apuntarme a las palabras de Carlota, me ha encantado además de emocionarme.

Un besico de los tuyos y un besazo de los míos.

Eva Torices dijo...

Me recuerda a mi infancia, toda ella ha sido un contrato de renta antigua, literal y metafóricamente, y no sale barato, al contrario, sigo pagándolo.