Fue la última vez que le vi. La última que escuché descuartizar mi nombre por sus labios, y ya el aire en su boca sabía a cementerio, a un amor amortajado sin fe en la otra vida.
Por desgracia, los relojes no guardan luto por la muerte de sus horas, y al día siguiente, una nueva tirada de periódicos calmaría la sed de los supervivientes. Sin noticias del sol, la ciudad se amarraría al cuello de la niebla, y ajenos al dolor de los mayores, recitarían los niños inocentes sus canciones infantiles. Una flota de fantasmas abordaría las calles, abasteciendo el hambre en los supermercados, y en algún retirado rincón, otra mujer sentiría la misma punzada, aquel mismo arpón, haciendo diana en la débil coraza de los sueños.
Nadie,
sin embargo,
recavó en esta tumba nueva.
Nadie la adornó con flores ni epitafios.
Por desgracia, los relojes no guardan luto por la muerte de sus horas, y al día siguiente, una nueva tirada de periódicos calmaría la sed de los supervivientes. Sin noticias del sol, la ciudad se amarraría al cuello de la niebla, y ajenos al dolor de los mayores, recitarían los niños inocentes sus canciones infantiles. Una flota de fantasmas abordaría las calles, abasteciendo el hambre en los supermercados, y en algún retirado rincón, otra mujer sentiría la misma punzada, aquel mismo arpón, haciendo diana en la débil coraza de los sueños.
Nadie,
sin embargo,
recavó en esta tumba nueva.
Nadie la adornó con flores ni epitafios.
10 comentarios:
vaya---hay nov. floreados pero este no va a ser..besos.
Ufffffff, me has dejado helado.
Ese arpón atravesando sin parar coraza trás coraza.
Que triste.
Besos.
Pero cruzando mi puente
he visto que estas muertes
son liberadoras
más allá del dolor y la flota
de fantasmas,la primavera
anunciada nos espera
tan callada al pesar de la
tumba desnuda y nueva...
Besos
Querida Elisa, muy buena tu prosa. Con todo un mundo de imágenes que nos hacen saltar de una idea a otra. Prosa creativa, sin duda.
Un deseo: que nadie pueda ni se atreva a descuartizarnos un nombre, una vida.
Un beso fuerte
toma mis flores..
déjalas sobre esa tumba
y quedate en silencio conmigo
para guardar el luto de sus horas
hasta que nos venza el tiempo.
un abrazo.
No es hora de llantos,
no es hora de palabras,
no es hora de silencios.
Es hora de muerte,
es hora de rabia,
es hora de gritos,
... hasta que nos venza el tiempo.
Un beso
Tal vez ni el mismo cementerio estaba allí, y los llantos de aquella tumba nueva sonaban a duda confitada. Lo triste es que parece que se quedó sin su epitafio.
Besos!
No me gustaría que nadie descuartice mi nombre!!! Me asusta ka nuerte y todo LO QUE CONELLA algo tiene que ver.. de todas maneras tu relato es genial!!! Besos llenos de luz cielo!!! Pasa un lindo miercoles!!!
Eres directa, lo que es una cualidad que se suma a la belleza de tus palabras.
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