
Voy a cantarte alguna de esas canciones
que dices que odias.
Porque últimamente
cuchicheas a solas con una extraña,
suplicándole a voces:
¡Devuélveme a Elisa!
Y Elisa soy yo.
Y soy la misma.
Pero tendré que volver a ensayar
esas canciones,
y quizá así me reconozcas.
7 comentarios:
Tremendo Elisa,ensaya
pero no cambies,te lo dice
quien ya no desea cambiar!
Besos
Elisa,
esas canciones que nunca cambian y que somos. Cambiar la piel, o no.
Me ha encantado el blog.
Una abrazo
Clarisa
A veces somos tantos en el mismo cuerpo que ocurre eso.
Besos.
Somos sólo uno,
¡y somos quizás tantos
en nuestro interior!
Un beso
.. reconocer la realidad de la evidencia, no siempre es sencillo cuando solo soñamos nuestros propios sueños y nuestras fantasías nos impiden ver más acá..
.. dice un amigo mío, que "los hechos son tozudos"..
.. al final terminamos por encontrar un chichón, no la felicidad, si nos golpeamos con los muros..
.. tú sigue ensayando, e iventando nuevas letras, que cantas muy bien.. :-)
Siempre el bueno el diálogo con uno mismo. Y probarnos, ensayar, como decís... A veces vamos variando la dirección y otras, regresamos al mismo lugar. Todo es válido.
Un beso, poeta
Elisa, qué lindo poemita sobre el conflicto del ser y el parecer.
Facundo Cabral tiene a bien cantar: "Si el hombre es lo que ama/ Yo sería entre muchas cosas... y se va toda una serie de cosas hermosas.
Esas canciones uno las canta porque forman parte intrínseca de uno. Dicen cosas de uno que el discurso cotidiano calla. Por eso me encanta cantar pero no cualquiera cosa, y sé que a ti tampoco.
Estoy contenta de haberme asomado al balconcito, luego de un periodo de silencio cibernético. Ya tengo internet en casa (¡Ehhhh!)
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